El avance de los principales boleros latinoamericanos coincide con la presencia del fascismo de Trujillo en la República Dominicana.
Los boleros mejor interpretados en Santo Domingo se elaboran en el final de los años 30, con creadores, por ejemplo, Salvador Sturla, Manuel Sánchez Acosta y Bullumba Landestoy, entre otros. Con el nombre de La Voz del Yuna se establece, en 1942, una estación de radio de 200 vatios que está protegida por el hermano del déspota José Arismendi Trujillo Molina.
Aparte de esta estación, numerosas estaciones cubanas se escucharon a finales de los años 30 y mediados de los años 40 como resultado de la simplicidad de la esfera, estaciones vecinas. Los boleros cubanos se originaron en esa nación en ese momento, y obviamente, algunos boleros mexicanos que van a Cuba y que se comunicaron en estaciones de radio, por ejemplo, la Cadena de Radio Oriental, la más sintonizada, la RHC, la cadena de Suaritos y otras. Por lo tanto, esta música, al igual que las guajiras, guarachas y otras, eran normales. El bolero cubano, anticuado, a partir de ahora tenía arreglos vitales. En 1942 se estableció la Voz de los Yuna y el presidente en funciones, José Arismendi Trujillo, trae desde sus inicios a autores como Julio Gutiérrez, y otros.
En 1943 acudió como intérprete a La Voz del Yuna, Enriquillo Sánchez, quien luego compuso los imperativos boleros. La sinfonía de cámara, coordinada por Fausto Ramírez, fue descrita por la ejecución de música anticuada convencional, mientras que el primer bolero dominicano apenas logró sus primeras exposiciones, cuando a partir de ahora en Cuba y México, comenzando con Guty Cárdenas y Agustín Lara, entre las más destacadas. Una reputación inconfundible, cumplida.
Equivalente a las melodías de fines de la década de 1930, en la voz de la reunión de Matamoros, la sinfonía del Casino de la Playa y otras reuniones cubanas.
Un punto importante para comprender el bolero dominicano y por qué su avance moderado y su bajo rendimiento global se identifican con su rápida captura por parte de la Voz de los Yuna. La estación de radio de Petán Trujillo trajo un avance en pais de diferentes tipos de estructuras melódicas y sus artesanos; Trabajaron bajo contrato. A pesar de que hacia el inicio, el bolero tuvo oportunidades en Santiago, Ciudad Trujillo y algunos de la nación, el procedimiento de su creación se mostró con una calidad extraordinaria como una pieza prácticamente obligatoria de la programación de esta estación de radio.
Aseguraron un mundo que era una parte del control opresivo de los especialistas, a pesar de sus manifestaciones, las personas que no le molestaban en lo más mínimo a las personas que iban a la nación a través de la radio puertorriqueña y cubana, solo las personas que descubrieron cómo Salir durante los años 40 cuando Billo Frúmeta, Alci Sánchez, Ney Rivera y otros, comunicaron sus manifestaciones más allá de nuestras franjas. Mientras que el bolero dominicano tenía increíbles articulaciones en Moisés Zouian, Nicolás Yabra, Juan Lockward, Luis Alberti, Cuto Estévez y Luis Kalaff, cuyas melodías, abandonaron la nación cuando los artistas imperativos, por ejemplo, Chayres, Toña la Negra. , Fernando Fernández, Panchito Riset, Daniel Santos y otros tomaron piezas que se difundieron como un componente de las colecciones universales.
La radio luego a los de La Voz Dominicana. Los contratos de «restricción», muestran que Petán Trujillo ensayó, evitó que numerosos escritores y artistas abandonaran la nación.
A pesar del hecho de que el bolero dominicano alcanzó una importancia extraordinariamente local y una calidad verificable, y si la condición o el sistema biológico del bolero tuvo impactos increíbles en una nación feliz, no contaba con el refuerzo de registro especializado que se mostraba en las placas que se tocaban en la base. desde Nueva York, Puerto Rico y diferentes líneas costeras, que desde la perspectiva bolerista satisfacían su objetivo central, ya que la República Dominicana estaba conectada a la utilización de las crónicas popularizadas del bolero mundial desde los años 40, que se unieron a las partes cercanas. Bolero dominicano, en gran parte sofocado por las solicitudes de solicitud legalmente vinculante, a pesar del hecho de que hubo creadores que superaron el marco y cuyas melodías fueron elegidas por artesanos visitantes que fusionaron en sus piezas de colección cuya calidad y sentimiento eran tan grandes o superiores a cualquier cosa. Un lote considerable de los que vinieron en cuentas comercializadas.
Para algunos dominicanos, La Voz del Yuna, y luego La Voz Dominicana, eran fuentes estéticas esenciales de la supervivencia, y no hubo dudas ni peros creados por Arismendi Trujillo, incluso con la creación cercana, pero la disposición de la selectividad anuló numerosas posibilidades. . Además, cuando se nos pregunta si hubo un bolero dominicano agresivo.
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